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miércoles, 5 de septiembre de 2007

LIBERTAD DE EXPRESION UN DILEMA CONCEPTUAL

DILEMA DEL IDEAL DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

Por Telésforo Isaac(Obispo Anglicano)

La libertad de pensamiento y de expresión ha sido y será siempre motivo de dilema conceptual. Cuando escudriñamos, analizamos y meditamos en lo que se entiende por este ideal, descubrimos que a través de la historia ha habido un dilema de este asunto en sociedades del mundo occidental.

La libertad de expresión que a veces singularizamos como “libertad de prensa” y que con vehemencia se exige en las sociedades democráticas y que con celo promulga la SIP (Sociedad Internacional de Prensa), realmente presenta hoy como ayer un dilema a veces difícil de dilucidar. Por un lado las constituciones y las leyes de los Estados señalan como justicia la libertad de pensamiento y de expresión, pero al mismo tiempo hay necesidad de ejercer cierto control sobre lo que pueden expresar personas, grupos y medios de comunicación. Siempre habrá algo de reticencia.

Hoy en la República Dominicana está en veremos lo que la justicia haga con un importante y centenario medio de comunicación escrito que está enmarañado en un litigio que debe ser encausado cautelosamente con justeza para no dar la impresión de temor a ser visto como violación de la libertad de prensa por un lado o como favoritismo a particulares.

El juicio que se ventila en este momento puede tener visos de lo que pasó en Atenas con Sócrates o lo que sucedió en Jerusalén con Jesús el primer jueves santo de la cristiandad. Algunos sentirán que ha habido justicia, mas otros clamarán lo contrario.

La libertad de pensamiento y expresión comenzó a tener consideración, aceptación e implementación en Atenas, Grecia; pero los que gozaban de ese privilegio y derecho en el Estado fue una estancia particular de alrededor de 15,000 ciudadanos, “muchos de estos tenían esclavos para atender a los trabajos, y súbditos para abastecer de dinero a la ciudad de Atenas”.

El ideal de la libre expresión fue resonante por la actuación del filósofo Sócrates. Él usó un método de hacer preguntas y cuestionar el estado de situación prevaleciente con el propósito de ayudar a la gente a comprender mejor quiénes eran, de dónde venían y cuál era la naturaleza por excelencia de sus potencialidades.

El método de Sócrates ponía a sus pupilos a pensar, cuestionar e indagar minuciosamente sobre la conducta humana, la vida en todas sus facetas y los asuntos gubernamentales. Esto acarreaba perplejidades en la clase dominante por los enfoques sui-generis que no eran aceptables en la sociedad tenida por democrática. Por tanto, a pesar de la vigencia de la libertad de pensamiento y de expresión, el filósofo fue condenado a morir tomando una porción de cicuta (hierba muy venenosa).

El gran filósofo Sócrates creyó que valía la pena morir por investigar la verdad y comunicar a sus pupilos las ideas filosóficas que al entender de la élite intelectual, conservadora y gobernante de Atenas, atentaban en contra del Estado de Grecia.

Para algunas personas de esa sociedad griega de entonces y para muchos hoy, el conducir a Sócrates a tomar la cicuta fue una sentencia injusta que negaba la libertad de pensamiento y de expresión. Mas, sin embargo, para otros el filósofo merecía morir porque sus pupilos estuvieron a punto de destruir el status quo ateniense, ya que podrían promover la ingobernabilidad del Estado.

Aún más notable para nosotros es el juicio, condenación y crucifixión de Jesús el profeta de Nazaret, que se debió primordialmente al temor de los fariseos, saduceos y líderes sacerdotales de perder influencia, prerrogativas y posiciones en Jerusalén frente al imperio de los césares.

Es increíble que ni Sócrates el gran maestro de la filosofía, ni Jesús el Rabino de Galilea dejaron escritos. Sólo tenemos memorias que Platón ha citado de las enseñanzas del filósofo. Sólo tenemos testimonios en los evangelios y las cartas de Pablo de los pensamientos y sus expresiones con que el Cristo inundó el mundo occidental con su sabiduría, sus virtudes y su innegable testimonio de ser el Verbo de Dios entre los seres humanos.

Sócrates y Jesús son los personajes más destacados que murieron por expresar sus pensamientos con libertad y autoridad.

1 comentario:

cientifico30 dijo...

Come que el periodismo es la esperanza del pueblo....Yo pensaba que ere la educacion!