Cada día los diversos medios de comunicación nos informan, nos cuentan sobre las situaciones sobre los hechos que están ocurriendo en nuestra sociedad actual.
Nos cuentan sobre hechos, en su mayoría, negativos que nos sorprenden, consternan, nos dejan sin saber qué hacer ni qué pensar.
A comienzos de esta semana nos tocó ver y escuchar por los medios de comunicación el caso de la señora Biani Corona una profesional de la conducta humana involucrada en un caso de secuestro de un menor y definitivamente esto nos lleva a reflexionar en qué tipo de sociedad estamos viviendo, qué nos conduce a cambiar nuestra conducta al grado de cometer actos delictivos que ni siquiera entendemos.
Ya no son solamente los delincuentes comunes los que llenan las páginas de los periódicos ni los políticos, los cuales han hecho tanto que no nos sorprenden sus actuaciones desliñadas y mezquinas sino que estamos hablando de personas profesionales, gente supuestamente pensante y nos podemos preguntar, como antes dije, por qué se están cometiendo estos actos? Es que estamos inmensos en una sociedad de consumismo acelerado, donde tú vales por lo que tienes y no por lo que eres. Una sociedad que te lleva si tienes una mentalidad débil, si eres “aguajero”, como se dice en el argot popular, y te gusta aparentar lo que no tienes a cometer actos delictivos para mantener tu supuesto “status económico, social”.
Lo que esta pasando es el reflejo de lo que como sociedad nos hemos convertido. Caso como el antes mencionado no es un caso aislado puede convertirse en casos colectivos si nosotros como sociedad no nos reenfocamos, reestructuramos los valores y dejamos de vivir de la teoría del “ayante”.
Esta sociedad necesita una alerta roja urgente porque sino el destino de la misma es funesto, sin exageraciones. Si seguimos por la ruta de la indiferencia, la apatía, la impunidad, la corrupción, el consumismo desenfrenado, características principales de nuestra sociedad actual que muchas veces queremos maquillar y adornar nos van a cantar el lamento dominicano que dirá: “Qué será de Quisqueya mi Dios querido, qué será de mis hijos y de mi hogar”.
Señal de alerta roja para nuestra sociedad, ojala despertemos.
Email: josefina_ag@hotmail.com
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