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martes, 29 de mayo de 2007

La Politizacion de los Derechos Humanos


Aníbal Vásquez*

Caracas (AIPE)- Cuando Amauris Sanmartino, un exiliado cubano que vivía en Bolivia desde 2000, se atrevió a esbozar algunas críticas contra las pretensiones dictatoriales de Evo Morales, el gobierno boliviano, que mantiene estrechos lazos con los de Cuba y Venezuela, procedió a detenerlo con el propósito de deportarlo a la isla de la eterna dictadura. La acción del gobierno boliviano viola todos los derechos humanos básicos de su persona pues –además de detenerlo sólo por expresar sus opiniones- pretendía entregarlo a un gobierno donde seguramente le esperaba una larga condena, si no algo peor. Pero el caso fue ignorado por la mayoría de las organizaciones que dicen defender los derechos humanos y Sanmartino se salvó de un trágico destino sólo por la intervención oportuna de quienes se preocuparon por la defensa de sus derechos humanos.

Una organización no gubernamental diferente, la Humans Rights Foundation, tuvo la valentía de ocuparse del caso y lograr que se respetaran sus derechos, consiguiendo que el gobierno de Noruega le otorgase el asilo que tanto necesitaba. Lo que hizo la HRF, sin embargo, es una nítida excepción con lo que suele ocurrir en nuestro medio. Organizaciones como Amnesty International y muchas otras que no menciono por falta de espacio, suelen proceder de un modo bastante diferente, ocupándose de unos casos y descartando otros según sus inclinaciones ideológicas y lo que consideran políticamente correcto.

Es típico que estas ONGs en América Latina dediquen su atención a casos que ocurrieron hace tres o cuatro décadas, pero no se interesan para nada por lo que hoy mismo está ocurriendo en varios países de la región. Son implacables en verdad contra todos los que participaron en la represión en la década de los 70, pero permanecen mudas contra los abusos que hoy cometen gobiernos como el de Chávez y Evo Morales, dando la espalda a los más de 300 presos políticos que todavía soportan inhumanas condiciones de detención en Cuba.

La acción de estos grupos que dicen defender los derechos humanos se caracteriza, en general, por una actitud que puede ser calificada como hipócrita, por una doble moral que no parece inspirada en el deseo de respetar las libertades y los derechos de todos, sino sólo los de algunos. Todo lo que hizo Pinochet o lo que ha hecho el argentino Videla ha sido escrutado con minucioso interés para que sus culpas no pasen al olvido, pero nadie se ha ocupado de los derechos humanos de quienes fueron secuestrados o asesinados por las guerrillas marxistas. Al ex presidente boliviano Hugo Banzer, por ejemplo, se lo hostigó de mil maneras por sus acciones durante los años 70, pero allí está, tranquilo y gozando del poder Daniel Ortega, quien violó ampliamente los derechos humanos cuando detentó el poder en Nicaragua. Mientras tanto, a Fidel Castro, dictador de Cuba desde 1959, se lo considera un gobernante legítimo y se lo exime de toda posible culpa por los fusilamientos, las detenciones arbitrarias y el hostigamiento al que somete a quienes se atreven a desafiarlo en lo más mínimo. ¿Sabía el lector que es un crimen en Cuba difundir la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU?

Los millones de ciudadanos que luchan por mantener las pocas libertades que todavía quedan en Venezuela han sido sometidos a toda clase de abusos por un sistema judicial sumiso a la voluntad de un presidente que pretende ocupar el poder indefinidamente. ¿Quienes, aparte de la ya mencionada HRF, han alzado su voz para defender sus derechos? ¿Es que acaso los activistas que se oponen a los gobiernos de izquierda no merecen un trato humanitario, mientras que a los que abusan del poder supuestamente en nombre del pueblo se les debe perdonar todo?

Me alegro sinceramente que haya aparecido una fundación capaz de levantar su voz, con valentía, contra los abusos que hoy se están cometiendo en nuestro continente. Mientras las organizaciones que dicen defender los derechos humanos denuncien unos casos pero oculten otros, según la ideología de las víctimas, poca credibilidad podrán tener para quienes pensamos que igual de repudiables son las dictaduras de izquierda que las de derecha y que todos los seres humanos, sin excepción, tenemos el mismo derecho a vivir en libertad.

___* Analista político venezolano.

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