Por: Nereyda Feliz
Editora Episcopax
Foto: AFP
La gran pregunta que muchos no logran entender de la tragedia ocurrida tras el terremoto del vecino país es Por qué Haití? Por qué el más pobre? El más olvidado.
Para responder esta pregunta sólo hay alguien que podría hacerlo con propiedad: Dios.
Pero en mi humildad hice un análisis en el cual pude encontrar explicaciones lógicas y espirituales.
Porque ya su realidad era conocida por las grandes naciones y estas se hacían de la vista gorda. Nadie quería hacerse responsable de su situación y se impone ahora, que todos, todos sin excepción hagamos algo por ellos, porque en el fondo pensamos, a nosotros tambien nos puede tocar!
Porque es el país precisamente más olvidado, porque tenía que ocurrir algo que impactara realmente la dignidad del ser humano, de las grandes potencias, para que la Comunidad Internacional respondiera a una situación de vida que ya no aguantaba más.
Porque es injusto, que muchos países ricos, acusaran a la República Dominicana, el único país responsable de la realidad que a diario enfrentaban los hermanos haitianos, como se llegó a decir en debates internacionales de quienes nunca han pisado el suelo haitiano.
Porque es el momento de que haya justicia para los más débiles, los que ni siquiera pueden alimentarse con un dólar por día.
Porque Dios no ha mandado una desgracia a un pueblo que no lo merecía. Si no, que ha permitido que tras todo este dolor, nazca una nueva vida tomada en cuenta por el mundo.
Si analizamos los signos de los tiempos, como citan las Sagradas Escrituras, hay hechos que hablan por sí solos.
Un presidente de color en E.U., Nieve en La Florida, Asociaciones de Ateos, Crisis en el orden económico mundial, desorden en la Ecología por todos lados y abuso de los hombres contra la vida de las especies creadas por Dios,
La tierra habla, la tierra grita y está desesperada. Y todavía nos preguntamos por qué suceden las cosas.
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