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sábado, 29 de agosto de 2009

LAS TAREAS DEL ESCRITOR SOCIAL

José Gómez Cerda



Exposición de José Gómez Cerda, en la puesta en circulación de su último libro titulado ”EL TRABAJO SOCIAL”, acto celebrado en la ALIANZA CIBAEÑA, en Santiago, el jueves 27 de agosto de 2009.




Las tareas del escritor social están delineadas en su responsabilidad con la sociedad, para defender a los marginados, especialmente los niños, las mujeres, los adultos mayores, los trabajadores, campesinos y aquellos que sufren injusticias.



El escribir es una tarea difícil de realizar. Antes hay que tener la voluntad y el deseo de leer. El que no se dedica a la lectura, al estudio, a la investigación, difícilmente puede dedicarse a escribir. La clave de todo escritor es la buena lectura.



La palabra es la forma expresiva del escritor, desde el lenguaje y con el lenguaje es como se realiza la obra literaria.



La escritura debe tener arte, que es imprimir una idea en una materia, es una cualidad de orden intelectual, es una virtud del entendimiento práctico, que debe conducir al verdadero bien, con cierta perfección de espíritu. El arte es ordenación de la razón, buscando los medios adecuados.



Para ser escritor es necesario tener algo importante que decir, que sea de interés para otros. Cuando el hombre escribe y expresa sus pensamientos en forma comprensible a los demás, es para cumplir el fin del lenguaje que es « transmitir lo pensado a lo escrito ».



El tiempo que transcurre entre la obra del escritor y el lector puede ser breve o casi siempre muy distante, pero debe tener el interés de ser siempre nuevo para el lector, debe tener vigencia y actualidad.



El trabajador social es un hombre de acción, lo que limita el oficio de escritor, se hace difícil conjugar estas dos actividades; acción y concentración.



El oficio de escritor para los trabajadores sociales no es para vivir económicamente, sino para tener la satisfacción de escribir, pero hacerlo como un oficio.



La literatura social no necesita los floreos de la literatura poética, sino la verdad de los hechos, los ejemplos y las orientaciones para la acción, organización y formación, asumir la condición humana.



Existen escritores que tienen la capacidad de captar ideas, tomar notas, de la lectura de libros, documentos, folletos, pero también de comunicaciones, conversaciones, diálogos de la radio, prensa y televisión, que luego pueden darle su estilo personal y expresarlas por escrito, naturalmente tienen que estar muy informado de todos los acontecimientos sindicales, políticos y económicos.



En el oficio de escribir la idea creadora es una de sus características, es una emoción de la conciencia, con inteligencia, que se desarrolla con la voluntad de dar existencia a una obra. El escritor pone en su obra parte de lo que él siente en su existencia, no sólo el ambiente que lo rodea, sino la esencia de lo que siente.El estilo en el oficio de escribir aporta una personalización: precisión, elegancia, claridad y armonía al texto que se expone.





El oficio de escribir es muy solitario, se requiere mucha concentración, imaginación, creatividad y disponibilidad, pero es importancia para la elevación cultural de los trabajadores.



Para escribir es necesario un borrador, luego corregirlo hasta que exprese lo que uno realmente piensa. El oficio de escribir para el público requiere que los datos e informaciones que uno ofrece tengan veracidad, soporte, confirmación, luego funciona la imaginación y la creatividad.



Una cosa es hablar y otra escribir. Algunos consideran que se debe escribir como se habla, pero son dos expresiones diferentes. Los que escriben como hablan, por bien que hablen, escriben mal.



El lenguaje es la base en el oficio de escribir. Algunos buscan complicar la situación con palabras incomprensibles para los trabajadores, pero es necesario recordar que las palabras sencillas y cortas son las que dicen las cosas más grandes: Dios, Amor, sol, tierra, madre, vida, etc.



Es importante encontrar la palabra precisa con la textura, el color y el sabor que en su contexto sea familiar a la comprensión del lector.



El oficio de escribir no es fácil. Algunos creen que un libro se puede escribir en algunas semanas, pero la situación es más complicada, escribir un libro se puede llevar años.



Escribir no es una tarea fácil, en absoluto. Primero hay que encontrar una idea que sea interesante, luego desarrollarla y después saber plasmarla, además debe tener un interés especial para que la obra sea receptiva para futuros lectores.



La disciplina se inicia anotando ideas, hechos, acontecimientos, y todo lo que se considera que puede ser de utilidad para la obra y el conocimiento de otros.



La capacidad de observación es otra de las cualidades que conforman el oficio de escritor, se complementa con los detalles y los criterios propios. El oficio de escritor es permanente, se está pensando todas las horas en la posibilidad de que algo que suceda en la vida real puede ser motivo para ser escrito.



En el oficio de escribir existen dos grupos determinados: los que piensan y pueden hacer una obra de su pensamiento, y los que hacen pensar a los lectores. Para los movimientos sociales son más importantes los que hacen pensar a los lectores.



Existen escritores que permanecen en el anonimato, como aquellos que escriben editoriales, documentos, manifiestos, publicistas y otras escrituras que pertenecen a las instituciones donde laboran, y no aparecen sus nombres.



Un trabajador social que se dedica a la defensa de los más pobres, la clase trabajadora, debe saber hacer un análisis e interpretación de la realidad, sea a nivel de base, de una región, nacional o internacional.



Para hacer un análisis e interpretación de la realidad hay que tomar en cuenta tres factores importantes, que son la economía, la política y tener un concepto claro sobre la sociedad y lo que se aspira cambiar de ella.



Cada escritor tiene sus principios materiales o espirituales, los escritores que nos basamos en LA VIDA DEL ESPIRITU, entendemos que esto comprende la existencia humana a la luz de la eternidad, los principios y valores universales, la primacía de lo espiritual sobre lo material, y la fe.



Los que escribimos para la sociedad debemos tener muy claro que el trabajo debe tener supremacía sobre el capital y el dinero; y darle primacía del SER sobre el TENER.



El oficio de escritor es muy complicado; necesita de la imaginación, pero nunca sabemos de antemano que podemos imaginar. La imaginación es libre, pero cuando queremos convertirla en obra de arte como es la literatura, entonces el problema del oficio se enfrenta con otra imaginación que debe ser escrita.



Las ideas creadoras del escritor forman las obras, hacen lo real conforme al espíritu, su obra es él mismo en lo que hace, es hacer una obra para deleitar, es idea creadora, como una emoción que aparece traspasada en la inteligencia.



Algunas personas tienen intención de escribir, pero son temerosos de exponer sus ideas, por miedo a comentarios negativos. Ese es un riesgo que corren todos los que escriben, que otros encuentren errores; pero también está la recompensa de que otros se sientan interpretados por lo que usted pueda escribir.



Los trabajadores sociales que desempeñan sus labores en la seguridad social, el sindicalismo, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales, encargados de recursos humanos, en los consumidores, en el cooperativismo, trabajando con los niños, las mujeres, los adultos mayores, tienen una responsabilidad de dejar por escrito sus ideas, acciones y pensamientos, sus experiencias sueles ser muy interesantes.



Chateaubriand, el autor del Genio del Cristianismo, decía que "El escritor original no es aquel que no imita a nadie, sino aquel a quien nadie puede imitar".



En el trabajo social hay personas que tienen un historial extenso en sus vidas profesionales, personales, que puede ser interesante que otros conozcan, esos pueden ser buenos escritores; otros no tienen esas experiencias pero poseen la virtud de saber exponer sus ideas por escrito, y pueden tener éxitos en sus obras.



Estoy convencido que los trabajadores sociales necesitamos de hombres y mujeres que se dediquen a escribir, especialmente la historia de su organización, u otros temas que sean de interés para los trabajadores.



Si tenemos una información sobre la historia, el presente y el futuro, podemos tener una visión aproximada de lo que ocurre en el mundo social dominicano.



El oficio de escribir no es una profesión rentable, especialmente cuando lo hacen personas de recursos económicos limitados, cuando uno mismo tiene que pagar los costos de impresión, inclusive salir a vender sus libros, además de hacer los aportes intelectuales en su contenido.



Personas que hacen esfuerzos para publicar libros después encuentran que muchos amigos consideran que esos libros se les debe regalar, algo que consideran que es un honor para quien escribe, pero esa situación puede llevar a la ruina a quienes hacen el esfuerzo de escribir, y después pagar para la publicación de sus obras.



No existen normas ni sistemas que aseguren la calidad de la obra en la que se trabaja, ni nada que garantice que el producto final reportará beneficios a su autor más allá de alguna elemental satisfacción moral.



La historia demuestra que los trabajadores sociales, tenemos nuestra propia visión de los problemas sociales, políticos, económicos, y morales, y en estos momentos no vamos a renunciar al derecho a pensar, por nosotros mismos. Tampoco vamos a quedarnos en la trampa del « pensamiento único », porque es lo que está de moda, y se titula de moderno.



Estamos viviendo la era del conocimiento. Los dirigentes sociales deben saber que el dirigir se fundamenta en el conocimiento, que demuestra que no se conoce por el simple deseo de conocer, sino para dirigir, hacer una obra: La inteligencia humana debe convertirse en razón, así tendremos mejores dirigentes dentro del trabajo social.



Quisiera invitar a todos mis amigos trabajadores sociales a dedicarse un poco a la lectura, a los estudios y la investigación del mundo social, para que puedan hacer sus aportes en el oficio de escribir.



Estoy convencido que muchos compañeros tienen la capacidad para hacerlo, y el trabajo social necesita de muchas personas que escriban, no importa el genero de la escritura.



Espero que éste nuevo libro “EL TRABAJO SOCIAL” sea del interés de los trabajadores sociales y sirva para la autoformación de la presente generación y un estimulo para aquellos que tienen capacidad para escribir, para el bienestar y la elevación cultural y humana de los actores sociales.



José Gómez Cerda

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