Buscar este blog

martes, 1 de julio de 2008

Cuba aprueba vacuna contra cáncer de pulmón

EL SISTEMA SANITARIO ES UNA VERDADERA MAFIA QUE CREA ENFERMEDADES Y
MATA POR DINERO Y PODER"
GHISLAINE LANCTOT

Por Laura Jimeno Muñoz de la revista Dyscovery Salud

Quien hace tal afirmación es Ghislaine Lanctôt, la polémica autora del
best seller mundial La mafia médica. En él, esta doctora a la que se
ha desposeído de su título de Medicina denuncia el actual sistema
sanitario y la corrupción que hay tras el mismo, permitida y amparada
por médicos y gobiernos en beneficio de las grandes empresas
farmacéuticas y en detrimento de los ciudadanos. De ahí que propugne
la vuelta a la soberanía individual sobre la salud como forma de
acabar con esa mafia.

Ghislaine Lanctôt ha ejercido la Medicina durante 27 años. Ahora no
ejerce... aunque quisiera. ¿El motivo? Hace ocho años la retiraron la
licencia de médico. ¿Por qué? Por publicar La mafia médica (Ed. Vesica
Piscis). ¿Y qué contiene ese libro -se preguntará el lector- para que
haya provocado tal sanción? Pues -como fácilmente se entiende a juzgar
por el título- una descripción exhaustiva del "sistema de enfermedad"
-y no sanitario- que actualmente existe.

MEDICINA SIGNIFICA NEGOCIO

La autora de La mafia médica acabó sus estudios de Medicina en 1967,
una época en la que -como ella misma confiesa- estaba convencida de
que la Medicina era extraordinaria y de que antes del final del siglo
XX se tendría lo necesario para curar cualquier enfermedad. Sólo que
esa primera ilusión fue apagándose hasta extinguirse.
-¿Por qué esa decepción?
-Porque empecé a ver muchas cosas que me hicieron reflexionar. Por
ejemplo, que no todas las personas respondían a los maravillosos
tratamientos de la medicina oficial. Además en aquella época entré en
contacto con varios "terapeutas suaves" -es decir, practicantes de
terapias no agresivas- que no tuvieron reparo alguno en abrirme sus
consultas y dejarme ver lo que hacían. Y llegué pronto a la conclusión
de que las medicinas no agresivas son más eficaces, más baratas y,
encima, tienen menores efectos secundarios.
-Y supongo que empezó a preguntarse por qué en la Facultad nadie le
había hablado de esas terapias alternativas no agresivas
-Así es. Luego mi mente fue más allá y empecé a cuestionarme cómo era
posible que se tratara de charlatanes a personas a las que yo misma
había visto curar y por qué se las perseguía como si fueran brujos o
delincuentes. Por otra parte, como médico había participado en muchos
congresos internacionales -en algunos como ponente- y me di cuenta de
que todas las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos
están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas
por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa
a ese comité científico? Pues generalmente quien financia el evento:
la industria farmacéutica. ¡Si hoy son las multinacionales las que
deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y
qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es
absoluto.
-Y eso fue clarificador para usted...
-Y tanto. Darme cuenta del control y de la manipulación a la que están
sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los
estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante
todo, un negocio. La Medicina está hoy controlada por los seguros
-públicos o privados, da igual- porque en cuanto alguien tiene un
seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya
no puede elegir. Es más, los seguros determinan incluso el precio de
cada tratamiento y las terapias que se van a practicar. Y es que si
miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social...
encontramos lo mismo.
-El poder económico.
-Exacto, es el dinero quien controla totalmente la Medicina. Y lo
único que de verdad interesa a quienes manejan este negocio es ganar
dinero. ¿Y cómo ganar más? Pues haciendo que la gente esté enferma...
porque las personas sanas no generan ingresos. La estrategia consiste,
en suma, en tener enfermos crónicos que tengan que consumir todo tipo
de productos paliativos, es decir, para tratar sólo síntomas;
medicamentos para aliviar el dolor, bajar la fiebre, disminuir la
inflamación... pero nunca fármacos que puedan resolver una dolencia.
Eso no es rentable, no interesa. La medicina actual está concebida
para que la gente permanezca enferma el mayor tiempo posible y compre
fármacos; si es posible, toda la vida.

UN SISTEMA DE ENFERMEDAD

-Infiero que ésa es la razón de que en su libro se refiera al sistema
sanitario como "sistema de enfermedad".
-Efectivamente. El llamado sistema sanitario es en realidad un sistema
de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la
salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico
y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y
que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata
de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la
dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo
tipo.
-Se supone que el sistema sanitario está al servicio de las personas...
-Está al servicio de quien le saca provecho: la industria
farmacéutica. De manera oficial -puramente ilusoria- el sistema está
al servicio del paciente pero, oficiosamente, en la realidad, el
sistema está a las órdenes de la industria que es la que mueve los
hilos y mantiene el sistema de enfermedad en su propio beneficio. Se
trata, en suma, de una auténtica mafia médica, de un sistema que crea
enfermedades y mata por dinero y por poder.
-¿Y qué papel juega el médico en esa mafia?
-El médico es -muchas veces de forma inconsciente, es verdad- la
correa de transmisión de la gran industria. Durante los 5 a 10 años
que pasa en la Facultad de Medicina el sistema se encarga de
inculcarle unos determinados conocimientos y de cerrarle los ojos a
otras posibilidades. Posteriormente, en los hospitales y congresos
médicos, se les refuerza en la idea de que la función del médico es
curar y salvar vidas, de que la enfermedad y la muerte son fracasos
que debe evitar a toda costa y de que la enseñanza recibida es la
única válida. Además se les enseña que el médico no debe implicarse
emocionalmente y que es un "dios" de la salud. De ahí que incluso
exista caza de brujas entre los propios profesionales de la medicina.
La medicina oficial, la "científica", no puede permitir que existan
otras formas de curar que no sean serviles al sistema.
-El sistema, en efecto, pretende hacer creer que la única medicina
válida es la llamada "medicina científica", la que usted aprendió y de
la que ha renegado. Precisamente en el mismo número en que va a
aparecer su entrevista publicamos un artículo al respecto.
-La medicina científica está enormemente limitada porque se basa en la
física materialista de Newton: tal efecto obedece a tal causa. Y, por
ende, tal síntoma precede a tal enfermedad y requiere tal tratamiento.
Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se
toca o se mide y niega toda conexión entre las emociones, el
pensamiento, la conciencia y el estado de salud del físico. Y cuando
se la importuna con algún problema de ese tipo le cuelga la etiqueta
de "enfermedad psicosomática" al paciente y le envía a casa tras
recetarle pastillas para los nervios.
-Es decir, que a su juicio la medicina convencional sólo se ocupa de
hacer desaparecer los síntomas.
-Salvo en lo que a cirugía se refiere, los antibióticos y algunas
pocas cosas más, como los modernos medios de diagnóstico, sí. Da la
impresión de curar pero no cura. Simplemente elimina la manifestación
del problema en el cuerpo físico pero éste, tarde o temprano, resurge.
-A su juicio, pues, dan mejor resultado las llamadas medicinas suaves
o no agresivas.
-Son una mejor opción porque tratan al paciente de forma holística y
le ayudan a sanar... pero tampoco curan. Mire, cualquiera de las
llamadas medicinas alternativas constituyen una buena ayuda pero son
sólo eso: complementos. Porque el verdadero médico es uno mismo. Y
cuando uno es consciente de su soberanía sobre la salud deja de
necesitar terapeutas. El enfermo es el único que puede curarse. Nadie
puede hacerlo en su lugar. La autosanación es la única medicina que
cura. La cuestión es que el sistema trabaja para que olvidemos nuestra
condición de seres soberanos y nos convirtamos en seres sumisos y
dependientes. En nuestras manos está pues romper esa esclavitud.
-Y, en su opinión, ¿por qué las autoridades políticas, médicas,
mediáticas y económicas lo permiten? ¿Por qué los gobiernos no acaban
con este sistema de enfermedad, costosísimo por otra parte?
-A ese respecto tengo tres hipótesis. La primera es que quizás no
saben que todo esto está pasando... pero es difícil de aceptar porque
la información está a su alcance desde hace muchos años y en los
últimos veinte años son ya varias las publicaciones que han denunciado
la corrupción del sistema y la conspiración existente. La segunda
hipótesis es que no pueden acabar con ello... pero también resulta
difícil de creer porque los gobiernos tienen el suficiente poder.
-Y la tercera, supongo, es que no quieren acabar con el sistema.
-Pues lo cierto es que, eliminadas las otras dos hipótesis, ésa parece
la más plausible. Y si un Gobierno se niega a acabar con un sistema
que arruina y mata a sus ciudadanos es porque forma parte de él,
porque forma parte de la mafia.

LA MAFIA MÉDICA

-¿Quiénes integran, a su juicio, la "mafia médica"?
-A diferentes escalas y con distintas implicaciones, por supuesto, la
industria farmacéutica, las autoridades políticas, los grandes
laboratorios, los hospitales, las compañías aseguradoras, las Agencias
del Medicamento, los colegios de médicos, los propios médicos, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) -el Ministerio de Sanidad de la
ONU- y, por supuesto, el gobierno mundial en la sombra del dinero.
-Tenemos entendido que para usted la Organización Mundial de la Salud
es "la mafia de las mafias".
-Así es. Esa organización está completamente controlada por el dinero.
La OMS es la organización que establece, en nombre de la salud, la
"política de enfermedad" en todos los países. Todo el mundo tiene que
obedecer ciegamente las directrices de la OMS. No hay escapatoria. De
hecho, desde 1977, con la Declaración de Alma ATA, nadie puede escapar
de su control.
-¿En qué consiste esa declaración?
-Se trata de una declaración que da a la OMS los medios para
establecer los criterios y normas internacionales de práctica médica.
Se desposeyó así a los países de su soberanía en materia de salud para
transferirla a un gobierno mundial no elegido cuyo "ministerio de
salud" es la OMS. Desde entonces "derecho a la salud" significa
"derecho a la medicación". Así es como se han impuesto las vacunas y
los medicamentos a toda la población del globo.
-Una labor que no se cuestiona.
-Claro, porque, ¿quién va a osar dudar de las buenas intenciones de la
Organización Mundial de la Salud? Sin embargo, hay que preguntarse
quién controla a su vez esa organización a través de la ONU: el poder
económico.
-¿Cree que ni siquiera las organizaciones humanitarias escapan a ese control?
-Por supuesto que no. Las organizaciones humanitarias también dependen
de la ONU, es decir, del dinero de las subvenciones. Y, por tanto, sus
actividades están igualmente controladas. Organizaciones como Médicos
sin fronteras creen que sirven altruistamente a la gente pero en
realidad sirven al dinero.
-Una mafia sumamente poderosa...
-Omnipotente, diría yo. Ha eliminado toda competencia. Hoy día a los
investigadores se les "orienta". Los disidentes son encarcelados,
maniatados y reducidos al silencio. A los terapeutas "alternativos" se
les tilda de locos, se les retira la licencia o se les encarcela
también. Los productos alternativos rentables han caído igualmente en
manos de las multinacionales gracias a las normativas de la OMS y a
las patentes de la Organización Mundial del Comercio. Las autoridades
y sus medios de comunicación social se ocupan de alimentar entre la
población el miedo a la enfermedad, a la vejez y a la muerte. De
hecho, la obsesión por vivir más o, simplemente, por sobrevivir ha
hecho prosperar incluso el tráfico internacional de órganos, sangre y
embriones humanos. Y en muchas clínicas de fertilización en realidad
se "fabrican" multitud de embriones que luego se almacenan para ser
utilizados en cosmética, en tratamientos rejuvenecedores, etc. Eso sin
contar con que se irradian los alimentos, se modifican los genes, el
agua está contaminada, el aire envenenado...
Es más, los niños reciben absurdamente hasta 35 vacunas antes de ir a
la escuela. Y así, cada miembro de la familia tiene ya su pastillita:
el padre, la Viagra; la madre, el Prozac; el niño, el Ritalin.
Y todo esto, ¿para qué? Porque el resultado es conocido: los costes
sanitarios suben y suben pero la gente sigue enfermando y muriendo
igual.

LAS AUTORIDADES MIENTEN

-Lo que usted explica del sistema sanitario imperante es una realidad
que cada vez más gente empieza a conocer pero nos han sorprendido
algunas de sus afirmaciones respecto a lo que define como "las tres
grandes mentiras de las autoridades políticas y sanitarias"...
-Pues lo reitero: las autoridades mienten cuando dicen que las vacunas
nos protegen, mienten cuando dicen que el sida es contagioso y mienten
cuando dicen que el cáncer es un misterio.
-Bien, hablemos de ello aunque ya le adelanto que en la revista no
compartimos algunos de sus puntos de vista. Si le parece, podemos
empezar hablando de las vacunas. A nuestro juicio, afirmar que ninguna
vacuna es útil no se sostiene. Otra cosa, que sí compartimos, es que
algunas son ineficaces y otras inútiles; a veces, hasta peligrosas.
-Pues yo mantengo todas mis afirmaciones. La única inmunidad auténtica
es la natural y ésa la desarrolla el 90% de la población antes de los
15 años. Es más, las vacunas artificiales cortocircuitan por completo
el desarrollo de las primeras defensas del organismo.
Y que las vacunas tienen riesgos es algo muy evidente; a pesar de lo
cual se oculta. Por ejemplo, una vacuna puede provocar la misma
enfermedad para la que se pone. ¿Por qué no se advierte? También se
oculta que la persona vacunada puede transmitir la enfermedad aunque
no esté enferma. Asimismo, no se dice que la vacuna puede sensibilizar
a la persona frente a la enfermedad. Aunque lo más grave es que se
oculte la inutilidad constatada de ciertas vacunas.
-¿A cuáles se refiere?
-Pues a las de enfermedades como la tuberculosis y el tétanos (vacunas
que no confieren ninguna inmunidad), la rubéola (de la que el 90% de
las mujeres están protegidas de modo natural), la difteria (que
durante las mayores epidemias sólo alcanzaba al 7% de los niños a
pesar de lo cual hoy se vacuna a todos), la gripe y la hepatitis B
(cuyos virus se hacen rápidamente resistentes a los anticuerpos de las
vacunas).
-¿Y hasta qué punto pueden ser también peligrosas?
-Las innumerables complicaciones que causan las vacunas -desde
trastornos menores hasta la muerte- están suficientemente
documentadas; por ejemplo, la muerte súbita del lactante. Por eso hay
ya numerosas protestas de especialistas en la materia y son miles las
demandas judiciales que se han interpuesto contra los fabricantes. Por
otra parte, cuando se examinan las consecuencias de los programas de
vacunaciones masivas se extraen conclusiones esclarecedoras.
-Le agradecería que mencionara algunas.
-Mire, en primer lugar las vacunas son caras y le suponen a los
estados un gasto de miles de millones de dólares al año. Por tanto, el
único beneficio evidente y seguro de las vacunas... es el que obtiene
la industria. Además, la vacunación estimula el sistema inmune pero,
repetida la vacunación, el sistema se agota. Por tanto, la vacuna
repetida puede hacer, por ejemplo, estallar el "sida silencioso" y
garantizar un "mercado de la enfermedad" perpetuamente floreciente.
Más datos: la vacunación incita a la dependencia médica y refuerza la
creencia de que nuestro sistema inmune es ineficaz. Aunque lo más
horrible es que la vacunación facilita los genocidios selectivos pues
permite liquidar a personas de cierta raza, de cierto grupo, de cierta
región... Sirve como experimentación para probar nuevos productos
sobre un amplio muestrario de la población y es un arma biológica
potentísima al servicio de la guerra biológica porque permite
intervenir en el patrimonio genético hereditario de quien se quiera.
-Bueno, es evidente que hay muchas cosas de las que se puede hacer un
buen o mal uso pero eso depende de la voluntad e intención de quien
las utiliza. Bien, hablemos si le parece de la segunda "gran mentira"
de las autoridades: usted afirma que el sida no es contagioso. Y
perdone, pero así como el resto de sus afirmaciones en este ámbito nos
han parecido razonadas y razonables no hemos visto que argumente esa
afirmación.
-Yo afirmo que la teoría de que el único causante del Sida es el VIH o
Virus de la Inmunodeficiencia Adquirida es falsa. Ésa es la gran
mentira. La verdad es que tener el VIH no implica necesariamente
desarrollar sida. Porque el sida no es sino una etiqueta que se
"coloca" a un estado de salud al que dan lugar numerosas patologías
cuando el sistema inmune está bajo. Y niego que tener sida equivalga a
muerte segura. Pero, claro, esa verdad no interesa. Las autoridades
nos imponen a la fuerza la idea de que el sida es una enfermedad
causada por un solo virus a pesar de que el propio Luc Montagnier, del
Instituto Pasteur, co-descubridor oficial del VIH en 1983, reconoció
ya en 1990 que el VIH no es suficiente por sí solo para causar el
sida. Otra evidencia es el hecho de que hay numerosos casos de sida
sin virus VIH y numerosos casos de virus VIH sin sida (seropositivos).
Por otro lado, aún no se ha conseguido demostrar que el virus VIH
cause el sida, lo cual es una regla científica elemental para
establecer una relación causa-efecto entre dos factores. Lo que sí se
sabe, sin embargo, es que el VIH es un retrovirus inofensivo que sólo
se activa cuando el sistema inmune está debilitado.
-Por cierto, usted afirma en su libro que el VIH fue creado
artificialmente en un laboratorio...
-Sí. Investigaciones de eminentes médicos indican que el VIH fue
creado mientras se hacían ensayos de vacunación contra la hepatitis B
en grupos de homosexuales. Y todo indica que el continente africano
fue contaminado del mismo modo durante campañas de vacunación contra
la viruela. Claro que otros investigadores van más lejos aún y afirman
que el virus del sida fue cultivado como arma biológica y después
deliberadamente propagado mediante la vacunación de grupos de
población que se querían exterminar.
-También observamos que ataca duramente la utilización del AZT para
tratar el sida...
-Ya en el congreso sobre sida celebrado en Copenhague en mayo de 1992
los "supervivientes del sida" afirmaron que la solución entonces
propuesta por la medicina científica para combatir el VIH, el AZT, era
absolutamente ineficaz. Hoy eso está fuera de toda duda. Pues bien, yo
afirmo que se puede sobrevivir al sida... pero no al AZT. Este
medicamento es más mortal que el sida. El simple sentido común permite
entender que no es con fármacos inmunodepresores como se refuerza el
sistema inmunitario. Mire, el sida se ha convertido en otro gran
negocio. Por tanto, se promociona ampliamente combatirlo porque ello
da mucho dinero a la industria farmacéutica.

Es así de simple.
-Hablemos de la "tercera gran mentira" de las autoridades: la de que
el cáncer es un misterio.
-El llamado cáncer, es decir, la masiva proliferación anómala de
células, es algo tan habitual que todos lo padecemos varias veces a lo
largo de nuestra vida. Sólo que cuando eso sucede el sistema
inmunitario actúa y destruye las células cancerígenas. El problema
surge cuando nuestro sistema inmunitario está débil y no puede
eliminarlas. Entonces el conjunto de células cancerosas acaba
creciendo y formando un tumor.
-Y es en ese momento cuando se entra en el engranaje del "sistema de
enfermedad"...
-Así es. Porque cuando se descubre un tumor se le ofrece de inmediato
al paciente, con el pretexto de ayudarle, que elija entre estas tres
posibilidades o "formas de tortura": amputarle (cirugía), quemarle
(radioterapia) o envenenarle (quimioterapia). Ocultándosele que hay
remedios alternativos eficaces, inocuos y baratos.
Y después de cuatro décadas de "lucha intensiva" contra el cáncer,
¿cuál es la situación en los propios países industrializados? Que la
tasa de mortalidad por cáncer ha aumentado. Ese simple hecho pone en
evidencia el fracaso de su prevención y de su tratamiento. Se han
despilfarrado miles de millones de euros y tanto el número de enfermos
como de muertos sigue creciendo.
Hoy sabemos a quién beneficia esta situación. Como sabemos quién la ha
creado y quién la sostiene. En el caso de la guerra todos sabemos que
ésta beneficia sobre todo a los fabricantes y traficantes de armas.
Bueno, pues en medicina quienes se benefician son los fabricantes y
traficantes del "armamento contra el cáncer"; es decir, quienes están
detrás de la quimioterapia, la radioterapia, la cirugía y toda la
industria hospitalaria.

LA MAFIA, UNA NECESIDAD EVOLUTIVA

-Sin embargo, a pesar de todo, usted mantiene que la mafia médica es
una necesidad evolutiva de la humanidad. ¿Qué quiere decir con esa
afirmación?
-Verá, piense en un pez cómodamente instalado en su pecera. Mientras
tiene agua y comida todo está bien pero si le empieza a faltar el
alimento y el nivel del agua desciende peligrosamente el pez decidirá
saltar fuera de la pecera buscando una forma de salvarse. Bueno, pues
yo entiendo que la mafia médica nos puede empujar a dar ese salto
individualmente. Eso sí, habrá mucha gente que preferirá morir a
saltar.
-Pero para dar ese salto es preciso un nivel de conciencia determinado.
-Sí. Y yo creo que se está elevando mucho y muy rápidamente. La
información que antes se ocultaba ahora es pública: que la medicina
mata personas, que los medicamentos nos envenenan, etc. Además, el
médico alemán Ryke Geerd Hamer ha demostrado que todas las
enfermedades son psicosomáticas y las medicinas no agresivas ganan
popularidad. La mafia médica se desplomará como un castillo de naipes
cuando un 5% de la población pierda su confianza en ella. Basta que
ese porcentaje de la población mundial sea consciente de su propia
divinidad. Entonces decidirá escapar de la esclavitud a la que le
tiene sometida la mafia y el sistema actual se derrumbará. Tan
sencillo como eso.
-¿Y en qué punto cree que estamos?
-Pues no sabría cuantificarlo pero pienso que probablemente en menos
de 5 años todo el mundo se dará cuenta ya de que cuando va al médico
va a un especialista de la enfermedad y no a un especialista de la
salud. Dejar a un lado la llamada "medicina científica" y la seguridad
que propone para ir a un terapeuta es ya un paso importante. También
lo es perder el respeto y la obediencia ciega al médico. El gran paso
es decir no a la autoridad exterior y decir sí a nuestra autoridad
interior.
-¿Y qué es lo que nos impide romper con la autoridad exterior?
-El miedo. Tenemos miedo a no acudir al médico. Pero es el miedo, por
sí mismo, quien nos puede enfermar y matar. Nos morimos de miedo. Se
nos olvida que la naturaleza humana es divina, es decir, concebida
para comportarnos como dioses. ¿Y desde cuándo los dioses tienen
miedo? Cada vez que nos comportamos de manera diferente a la de un
dios nos ponemos enfermos. Esa es la realidad.
-¿Y qué cree que pueden hacer los medios de comunicación para
contribuir a la elevación de la conciencia en esta materia?
-Informar sin intentar convencer. Decir lo que sabéis y dejar a la
gente hacer lo que quiera con la información. Porque intentar
convencerles sería imponer otra verdad y de nuevo estaríamos en otra
guerra. Se necesita sólo dar referencias. Basta decir las cosas.
Luego, la gente las escuchará si resuenan en ellos. Y si su miedo es
mayor que su amor por sí mismos dirán: "Eso es imposible". En cambio,
si tienen abierto el corazón escucharán y se cuestionarán sus
convicciones. Es entonces, en ese momento, cuando quieran más, cuando
se les puede dar más información.

Laura Jimeno Muñoz

ACTORES DE LA MAFÍA MÉDICA
Para Ghislaine Lanctôt, los actores de La mafia médica son los siguientes:

-El paciente. Es el explotado por excelencia. Cuanto más enfermo esté
mayores beneficios para la industria farmacéutica. En consecuencia,
hay que mantenerlo enfermo y medicado.

-El médico. Es el vendedor inconsciente de los productos de la
industria así como su instrumento de promoción. Las autoridades le
forman de tal manera que estará al servicio de sus fines al pie de la
letra, sin cuestionar jamás la sacrosanta verdad que se le inculca
como doctrina. Según los casos, también se le puede sobornar con
privilegios económicos, jerárquicos o ambos. En cuanto al terapeuta,
simplemente es declarado ilegal y se le elimina, o bien se le integra
y se le controla.

-Los hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias. Son los
distribuidores del fabricante, sus cómplices. Para eso se les paga
bien. La recompensa por su buena disposición suele ser de orden
crematístico.

-La industria. Es el explotador. El Padrino del sistema sanitario, el
Gran Dictador y beneficiario de la enfermedad. Su inmenso poder oculto
hace que se le sometan todos los niveles de "autoridades", ya sean del
gobierno, médicas o mediáticas. Después de todo, es la industria la
que concede el acceso al poder y la notoriedad. Lo que se pide, en
contrapartida, es que nadie muerda la mano que le da de comer. Su lema
es "Cuantos más pacientes enfermos, con mayor frecuencia y durante más
tiempo, más rentabilidad". Todo vale para conseguirlo.

-Las autoridades. Son el usurpador. Han creado las instituciones y las
leyes para apropiarse y desposeer al paciente de sus legítimos
derechos sobre su salud. Para no despertar sospechas las autoridades
se ocultan tras un biombo: el Gobierno. Las instituciones y los
seguros se sitúan bajo su control directo o indirecto. Lo elegimos y
financiamos nosotros pero nos traiciona vendiéndonos a la industria.
En realidad, el gobierno y sus organismos ("las autoridades") son
generalmente asalariados de la industria.

-La mafia de las mafias. El poder establecido no es sólo nacional. Por
encima del sistema sanitario de cada país hay un sistema sanitario
mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dicta la
política sanitaria global a seguir por todos los gobiernos del
planeta.

2008/6/26 Marcos Colome :
> Lo que pueden hacer es inventar una para propagar el cancer del
> pulmon. La industria de la Farmacologia es un negocio como cualquier
> otro, es lo mismo que el hombre blanco le vendia a los Apaches para
> enganarlos, como tambien vendian whisky ( Fire water ) como si fuera
> medicina
>
> 2008/6/26 miguel aristy :
>> Como echo de menos que en esta otra isla se produzcan hechos como este.
>>
>> Miguel
>>
>> Aristy
>>
>>
>>
>>
>>
>> Cuba aprueba vacuna contra cáncer de pulmón
>>
>> En Cuba, autoridades sanitarias aprobaron lo que sería la primera vacuna
>> contra el cáncer de pulmón que se registra en el mundo. Los médicos afirman
>> que el tratamiento, CimaVax EGF, puede extender las probabilidades de vida
>> en un promedio de cuatro a cinco meses, y en algunos casos por más tiempo.
>> La vacuna tendría pocos efectos secundarios ya que ataca sólo las células
>> cancerígenas.
>>

No hay comentarios.: