Juan Bosch: moralista problemático (8)
Valdría la pena, sin embargo, preguntarse: ¿Es el pensamiento de Juan Bosch una antigualla, o son los requerimientos de su moral kantiana los que chocan con la práctica del discipulado pequeñoburgués que está en el poder?
Andrés L. Mateo
La pequeña burguesía de su propio partido que descarta a Juan Bosch alega siempre que su pensamiento está desactualizado, pero Juan Bosch previó que los juicios de los pequeños burgueses son paredes contra las cuales hacen rebotar la pelota de su egoísmo, y que su verdadera naturaleza es proclive al dinero y a las vías de acceso del rango social.
Valdría la pena, sin embargo, preguntarse: ¿Es el pensamiento de Juan Bosch una antigualla, o son los requerimientos de su moral kantiana los que chocan con la práctica del discipulado pequeñoburgués que está en el poder?
Podríamos ilustrar este falso dilema indagando cuáles son las ideas de Juan Bosch, respecto de un debate de candente actualidad.
Nunca como ahora los salarios de los funcionarios públicos, se habían convertido en una piedra de escándalo. Secretarios de Estado que ganan más de un millón de pesos al mes, Administradores de Bancos que alcanzan casi dos millones de pesos, Senadores que reciben hasta dos millones de pesos, Miembros de Juntas que redondean seiscientos mil pesos, Superintendentes con más de un millón; en fin, una verdadera avalancha de conmilitones pequeñoburgueses que, sin dudas, saldrán enriquecidos de la función pública.
¿Qué opinaba Juan Bosch respecto del salario de los servidores del Estado? En el tomo II de sus Obras Completas, pág.1990, temas económicos, capítulo: "Mal manejo de la economía en el Gobierno del PRD", Juan Bosch dice lo siguiente: "La gente que aspira a gobernar y ganar sueldos altos que se le pagan con dinero del pueblo no puede llegar a puestos importantes para aprender mediante la práctica a resolver los problemas del país. Los que hacen eso son unos irresponsables, pero además unos vividores que engordan con la sangre de las mujeres y los hombres y los niños de este país y merecen el repudio más enérgico de todos los dominicanos".
Es claro que ese pensamiento está en contra de la práctica de la pequeña burguesía del gobierno peledeísta que recibe salarios astronómicos, y no porque sus juicios sean anticuados, sino porque poco a poco la ideología patrimonial del Estado se ha ido incorporando al vivir como algo natural, desplegándose en el seno del gobierno en una red de pequeñas complicidades de carácter político, y convirtiéndose en la práctica en corrupción.
Si así es como Juan Bosch opinaba sobre un debate tan actual, es lógico que los beneficiarios de esos sueldos tan desproporcionados le teman a su pensamiento como el diablo a la cruz.
Juan Bosch es la mosca trivial que les fustiga el oído, y les está gritando que ellos son "vividores que engordan con la sangre de las mujeres y los hombres y los niños de este país, y merecen el repudio más enérgico de todos los dominicanos".
En uno de los artículos anteriores de esta serie yo decía que sólo ahora podemos entender por qué Juan Bosch dedicó todo un libro a analizar el papel de la pequeñaburguesía dominicana en la historia, y este escándalo de los salarios desproporcionados es una excelente oportunidad para entender por qué su impronta palidece en la práctica política de un discipulado que se resquebraja al menor contacto con la moral kantiana que sustentó la vida del maestro.
Es contra esa pequeña burguesía voraz que Juan Bosch alertó, la misma que se cree su propio cuento del "gran desarrollo económico ", y siendo nosotros un país extremadamente pobre del tercer mundo, sus funcionarios se hacen pagar salarios más altos que los que cobran los ministros de las grandes potencias económicas.
No hay manera de hacer coexistir la vieja estirpe de un moralista cascarrabias, con el lujo del funcionariato que disfruta el poder. Juan Bosch no cabe ni en el más humilde de los sombreros de la Primera Dama.
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