Los dominicanos conmemorarán mañana con diversos actos el 42 aniversario de la "Guerra de Abril", que procuraba el retorno al Gobierno del profesor Juan Bosch, quien había sido derrocado por un golpe de Estado el 25 de septiembre de 1963.
Los militares golpistas forman un Triunvirato para gobernar el país presidido por Emilio de los Santos e integrado por los doctores Ramón Tapia Espinal y Manuel Tavares Espaillat.
El doctor Donald Reid Cabral sustituyó a Emilio de los Santos en la presidencia del Triunvirato, ya que éste renunció por el fusilamiento del doctor Manuel Aurelio Tavárez Justo, quien murió junto a 32 guerrilleros en Las Manaclas.
Pero al mediodía del 24 de abril de 1965, los campamentos militares 16 de Agosto y 27 de Febrero se rebelaron contra el gobierno de Reid Cabral.
Varios de los oficiales implicados en el contragolpe fueron apresados por el entonces jefe del Estado Mayor del Ejército general Rivera Cuesta. En esas circunstancias el capitán Mario Peña Taveras libera a sus compañeros de conspiración y puso bajo arresto al general Rivera Cuesta.
El estallido se produjo cuando el doctor José Francisco Peña Gómez a través del programa del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Tribuna Democrática, que se transmitía por Comercial, exhortó al pueblo a lanzarse a las calles para reclamar en retorno a la constitucionalidad. Minutos más tarde fue apresado.
Después de la proclama de Peña Gómez, los militares marcharon al centro de la ciudad y la población civil comienza a tomar las calles, provocando la renuncia de Reid Cabral.
En el Palacio Nacional un grupo de militares forma el "Comando Militar Revolucionario" encabezados por los coroneles Vinicio A. Fernández Pérez, Giovanni Gutiérrez Ramírez, Francisco Alberto Caamaño Deñó, Eladio Ramirez Sánchez y Pedro Bartolomé Benoit.
Esa misma noche se retorna la presidencia de la República a una autoridad civil, en la persona del doctor Rafael Molina Ureña como presidente provisional. Momentos después se anuncia el restablecimiento de la Constitución del 1963.
En la base aérea de San Isidro en el llamado "Centro de Enseñanza de las fuerzas Armadas (CEFA), los generales Antonio Imbert Barreras y Elías Wessin y Wessin se oponen al retorno de Juan Bosch y al restablecimiento de la Constitución del 1963. De inmediato comienzan los bombardeos y los ametrallamientos aéreos al Palacio Presidencial y otras posiciones constitucionalistas.
Las organizaciones populares consiguen armas con las que comienzan a resistir la ofensiva de las fuerzas de San Isidro.
Los enfrentamientos se extendieron hasta la mañana del 26 de abril, cuando la población logró replegar hasta su base a los militares de la Fuerza Aérea Dominicana. Ese mismo día se unieron a las fuerzas de Wessin, los oficiales de la Marina de Guerra que hasta ese momento se habían mantenido neutral en el conflicto.
Para contrarrestar los bombardeos, los constitucionalistas instruyen al pueblo a que ponga espejos encima de las casas para que los reflejos molesten a los aviones. El doctor Molina Ureña, renuncia y el Congreso se reúne de urgencia en el edificio Copello, en la calle El Conde, y escoge al coronel Caamaño Deñó como presidente Constitucional de la República.
El 28 de abril, cuatro días después de iniciada la guerra civil, la lucha tomó un giro en favor de los constitucionalistas, y el entonces presidente norteamericano Lyndon B. Johnson, ordenó el desembarco de tropas estadounidenses en territorio dominicano con el pretexto de salvaguardar la vida de sus ciudadanos residentes en el país.
Más de 42 mil marinos pisaron las calles de Santo Domingo, estableciendo un "corredor de internacional" y una "zona de seguridad" con la cual cercaron a los constitucionalistas, quienes ya para el día 28 habían tomado la Fortaleza Ozama, que en aquella época era el asiento de la Policía antimotines, y apresado a cientos de efectivos policiales.
Inmediatamente desembarcaron, los norteamericanos encontraron la oposición armada de los constitucionalistas, quienes para tal fin crearon los llamados "comandos", que no eran más que células de combatientes que también realizaban no sólo la vigilancia del sector ocupado, sino que también funcionaban como una especie de policía civil.
Después de varios días de combates, los constitucionalistas, fueron reducidos al dominio de lo que se conoce como Ciudad Nueva.
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